EL RESULTADO DE IGNORAR LOS CONSEJOS DE EJIOGBE.
En camino a casa, de regreso del mercado, su madre le dejó atrás. Ejiogbe se encontró con una ardilla a la orilla del camino. Él le aconsejó a la ardilla que hiciera sacrificio a Eşu con un macho cabrío para que las palabras pronunciadas por su boca no le ocasionará la destrucción. La ardilla respondió que si el hombre joven deseaba carne para comer, no la iba a obtener de él. La ardilla se llama otan en Benin y okere en Yoruba. Muy cerca, él también vio a la boa (oka en Yoruba y aru en Benin). Le dijo a la boa que la muerte estaba rondando y que le llegaría mediante un vecino locuaz. Para evitar la calamidad, le aconsejó a la serpiente que sirviera su cabeza en un lugar secreto con un caracol. No debía permitir que ninguna persona repitiera amén después de sus plegarias cuando sirviera su cabeza. Finalmente se encontró con el bosque espeso (eti en Beni e Iyo en Yoruba) y le aconsejó que ofreciera sacrificio a Eşu para evitar problemas sin garantía. También se encontró con la palma a quien aconsejó que ofreciera un macho cabrío a Eşu para que los problemas de otros no le rompieran el cuello. La palma hizo el sacrificio sin demora, iyo no lo hizo. Después de esto Ejiogbe se fue para su casa (el viaje hacia y desde Oja Ajigbomeken dura normalmente alrededor de tres meses).
Tan pronto como llegó a la casa recibió el mensaje de que la mujer con quien se había encontrado en el camino hacia el mercado estaba de parto. Rápidamente corrió hacia la casa de ella y ésta parió con la ayuda del uso de un encantamiento. Ese es uno de los encantamientos con el cual los sacerdotes de Ifá ayudan a parir a las mujeres embarazadas hasta estos días. Ella tuvo un varón. Tan pronto como la mujer pudo descansar en el lecho, el esposo tomó su boomerang de caza (ekpede en Benin y egion en Yoruba) y partió hacia el bosque, en búsqueda de la boa y de carne para alimentar a su mujer. Cuando la boa se enteró que la mujer que había estado embarazada durante tres años había tenido un hijo, comprendió que el esposo pronto vendría en su búsqueda tal como dijo Ejiogbe. Más bien sorprendida corrió hacia la casa de iyo (la parte más espesa del bosque) para servir allí su cabeza en privado. Iyo le dio permiso para servir su cabeza en su casa. Tan pronto como oka se sentó a orar por su cabeza, okere entró en la casa de iyo. Mientras oka decía sus oraciones, okere repetía Aşé (amén). Oka respondió alterado a Okere que él no necesitaba el Aşé de nadie para sus oraciones; entonces se adentró más en la casa de Iyo. Al mismo tiempo okere cambió su tonada y comenzó a cantar:
Okaa, Jokoo Kpekpe Rekpe
En este punto, el hombre con el boomerang, que se encontraba buscando a oka, escuchó a la ardilla gritar y comenzó a rastrear su posición. Como la ardilla continuaba gritando histéricamente, oka le disparó y acabó con su vida. El hombre entonces cortó una vara ahorquillada para abrir el espeso bosque (iyo). Mientras cortaba y limpiaba a Iyo, vió a la boa en el suelo y también acabó con su vida. Al mismo tiempo vió al lado de oka a la ardilla sin vida y al caracol con el cual la boa iba a servir su cabeza. Él lo recogió todo y partió hacia su casa. La espesa hierba que el cazador cortó con una vara ahorquillada se hallaba en el cuerpo de una alta palma, la cual se alegró y respiró nueva vida tan pronto fueron cortados los arbustos que impedían que el aire fresco llegara a su cuerpo. Esto se debe a que la palma fue la única que hizo sacrificio en el momento adecuado. Hasta ese día es la boa la que le hace perder la vida a la ardilla; es también la ardilla quien le dice a la gente donde se esconde la boa e invariablemente atrae la muerte sobre ésta. Esto explica también por qué la aparición de Ejiogbe para un hombre alto de tez oscura en Igbodun significa prosperidad asegurada para la persona, debido a la alta talla de la palma quien por sí sola hizo sacrificio. Si por otro lado, le sale a un hombre pequeño de tez clara, este no triunfará en la vida a no ser que haga sacrificio. Ese es el significado del hecho de que el pequeño pero oscuro iyo, la ardilla y la boa de colores claros no hicieran los sacrificios prescritos.
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