Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Iwori Oturupon Ese Ifa 2


EL HIJO DEL REY Y EL TAMBOR.

Había un rey que tenía un hijo llamado lapido, este sufría porque deseaba ser grande y rico, estaba sumido en el abandono por su padre y la corte. El hijo del rey convidó a dos Oluwos a un almuerzo y cuando terminaron él les preguntó que debía hacer para que las cosas le fueran favorables.
Ellos lo miraron y le salió este Odu de Ifá, del cual le dijeron; que estaba pasando mucho trabajo, pero que la mesa estaba servida para sus enemigos; pero que tenía que hacer ebo. Lapido lo hizo todo; él no vivía en el palacio porque el rey lo había botado. En ese reino había la costumbre de exiliar de la ciudad al primogénito.
Al poco tiempo de hacer el ebo murió el padre de lapido y como de costumbre se reunieron los Awoses para el ituto del difunto, y salió Iwori Trupon, el Odu de lapido. Los padrinos de éste estaban presentes, y estos dijeron que el difunto tenía un heredero que era Oluwo y que tenía ese mismo signo; y que el difunto se lo estaba recordando para que lo fueran a buscar.
A lapido le mandaron un mensajero para que fuera a su casa paterna a lo que él se negó; le mandaron otro mensaje y se volvió a negar, diciéndoles que se acordaran que ellos lo habían botado y que él sólo había pasado mucho trabajo y quería que lo dejaran morir en paz en el monte. Entonces se le envió a un muchacho y un tambor, este muchacho era hijo de Yemonjá y le dijo que podía volver sin problemas, que él se llamaba yobolo (remero) y este en el tambor sagrado le traía un mensaje de Yemonjá, que le decía que fuera sin problemas para coronarlo rey.
Entonces lapido fue, y lo coronaron, le entregaron todo lo que le pertenecía a su padre, las mujeres, las riquezas, etc.

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