LA ADIVINACIÓN HECHA PARA OGÚN Y ORUNMILA
Cuando este Odu aparece en adivinación, el adivino debe pedir por un poco de manteca de corojo para soltarlo en el piso antes de continuar interpretando y consultando.
Esi oun serun de, Erun rin ogoro mudi. Awo Udi Orişa, udi Orişa oni ehu kangogo. O da mi lebe moriru. Odami lebo kan le gerete. Odami lesu itu momesu itu.
Esos fueron los cinco Awos que hicieron adivinación para Ogún y Orunmila cuando ellos dejaban el Cielo. Dios les advirtió a los dos de que no mataran a ninguna otra divinidad o a seres humanos, porque él no creó a las divinidades, seres humanos o animales para destruir a su propia especie. Dios dejó bien claro que quienes estén comprometidos en matar serían agentes de Eşu.
Después de dejar el Cielo, ambos fueron por adivinación y fueron aconsejados de servir a Eşu con una calabaza de aceite de palma, un chivo grande y iso aparo (Ihuawa en Bini) para hacer sacrificio con una gallina, babosas, jutía y pescado. Ogún, quien tradicionalmente despreciaba a Eşu rehusó hacer el sacrificio. Orunmila, quien su fuerza estaba en hacer sacrificios, lo realizó. Los Awos hicieron sacrificio para él, prepararon medicina para que lo consumiera y lo mezclara con un jabón para bañarse con él. Ogún y Orunmila bajaron a la Tierra al mismo tiempo.
Mientras tanto Eşu que no estaba satisfecho con Ogún estaba determinado en darle un lección a la divinidad del Hierro. Él fue a donde Ogún a instigarlo e irritarlo en función de que reaccionara violentamente contra cualquiera que le hiciera algo malo a él. Esto convirtió a Ogún, a través de Eşu, a ser una divinidad feroz tal como lo conocemos hoy en día. Tan pronto como él estaba enfurecido por Eşu, procedió a matar a 200 seres humanos. Eşu incluso trató de estimular a Orunmila, pero éste le recordó a Eşu el sacrificio que le hizo en el cielo, enfatizando que él había sido enviado por Dios para traer la salvación para las divinidades y seres humanos por igual y no para destruirlos. Sin embargo le dio otro chivo a Eşu. Después de comer su chivo, Eşu prometió vengar todo lo malo hecho a él. Orunmila estaba mientras tanto utilizando la medicina preparada por él. El caos total con el cual Ogún había hecho asociar a la gente de alejarse de él e ir a Orunmila por salvación.
Mientras tanto, Orunmila le recordó a Ogún del interdicto prohibido de matar dado por Dios. Ogún replicó a Orunmila advirtiéndolele a que se ocupara de sus propios asuntos y que si no tenía cuidado, también podría convertirse en una víctima de sus inclinaciones asesinas, cuando Ogún levantó su mazo para pegarle a Orunmila, él respondió que Ogún estaba bromeando porque, Ihuawa arrojaba humo pero no tenía fuego, la babosa escala el árbol pero carece de dientes para morderlo y que cuando el aceite ve fuego, se derrite inmediatamente.
Con esta encantación, Ogún fue complacido y le dijo a Orunmila que para una divinidad sea temida, debe ser violento ocasionalmente, Ogún y Orunmila subsecuentemente se hicieron amigos.
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