Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Owonrin Rosu Ese Ifa 2


LA ADIVINACIÓN HECHA PARA ÉL ANTES DE DEJAR EL CIELO

Erin Lere, Mi Erin Lere


La sonrisa trae favores era el nombre del Babalawo que hizo adivinación para él antes de que dejara el cielo. Fue aconsejado que hiciera sacrificio para desviar el riesgo de volverse temperamental en la tierra.
Fue advertido que la impaciencia y la irritabilidad haría que la prosperidad se desviara y no llegara a él. Le fue aconsejado de no depender mucho de los consejos de amigos. Él fue aconsejado de servir a Eşu en el sendero del bosque con dos palomas, 2 calabazas con vino de palma, 16 nueces de kola, pescado, jutía y un perro. Después del sacrificio, él debe bañarse en el lugar, mientras deja todos los materiales del sacrificio ahí. Luego él tenía que: hacer un festín a su ángel de la guarda con un paño de tela blanca, pluma de loro, chivo castrado, calabaza de vino de palma, 201 cowries y pluma de águila, servir a Ogún con un chivo, gallo, tortuga, perro, caracol, bocadillo de pescado y persuadir a Ogún de seguirlo al mundo y servir a Eşu Obadara con un chivo. Después de hacer todos estos sacrificios, Ogún le dio un mazo y unas tijeras, mientras convino en seguirlo al mundo, con la condición de que él no lo abandonara, entonces el se dirigió a la tierra.
Al llegar a la Tierra, él construyó su casa cerca de la fuente del río Osa (río propio de Dios), el cual era la ruta que Dios tomaba tradicionalmente cuando venía a la Tierra. Tan pronto como él construyó su casa, comenzó a practicar Ifá. Un día, él estaba lejos de casa cuando Dios pasó por allí, pero el Padre Todopoderoso dejó una pieza de paño blanco, una tiza blanca, pluma de águila y de loro en la entrada de su casa. Cuando él regresó a casa para encontrarse con los regalos extraños, él comenzó a preguntarse quién pudo haber dejado eso ahí. Él buscó consejo de sus colegas, quienes le dijeron que era una señal de mal agüero para él. Él inmediatamente lo lanzó al río.
Nueve días después, Dios vio los materiales que dejó, lanzados al río y se preguntó qué tipo de hombre era capaz de desechar sus Regalos Divinos. Sin embargo Dios dejó los mismos materiales en la entrada de la casa añadiendo una cimitarra roja y un par de tijeras de Ogún. Cuando él regresó a casa y se encontró con los mismos materiales y los añadidos, él fue nuevamente a donde sus amigos, quienes lo asustaron diciéndole que había una fuerza maligna que no quería que él permaneciera en la casa. Él posteriormente abandonó la casa y procedió a vivir en otra parte.
Para ese tiempo él no tenía esposa ni hijos, todos sus colegas eran prósperos, pero él continuaba languideciendo en mísera penuria. En este punto, él comenzó a comportarse como si hubiera sufrido un transtorno mental y se volvió el hazmerreír de todos. Ese fue el punto donde el Awó que hizo adivinación para él en el cielo fue a visitar al mundo. Una noche, su ángel guardián le ordenó a ir en busca de Orita Ijaloko. Sin saber por qué él se dirigía para allá, él procedió a aventurarse al límite entre el cielo y la tierra.
Tan pronto como él llegó, vio al sacerdote de Ifá quien estaba adivinando para otras personas y fue a su encuentro. Él Awó hizo adivinación para él y le preguntó por qué rechazó los regalos que Dios le había enviado y abandonó a Ogún, la divinidad que lo siguió al mundo. Le fue aconsejado de dar un chivo a Eşu tan pronto regresara a casa. Él regresó a servir a Eşu con dicho chivo, después de disfrutarlo, Eşu fue de una a recordar a Ogún de los sacrificios elaborados que Owanrin Irosun le hizo en el cielo, porque el hombre estaba sufriendo en la Tierra.
Ogún rápidamente se fue a casa de Owanrin Irosun donde lo encontró en un estado de paranoia. Ogún lo saludó con una bofetada en la cara, él cual quedó inmediatamente poseído.
Después de eso, Ogún le dio un gong y un mazo. Con esos dos instrumentos en cada mano, él comenzó a bailar y cantar cantos extraños, para finalmente salir de su casa. Desde que las personas a su alrededor se les hizo familiar su comportamiento errático, ellos consideraron su baile, canto y corrida como una manifestación severa de su delirio y por ello decidieron seguirlo.
Él se dirigió directamente a su antigua casa, el cual había abandonado y comenzó a golpearse en la cabeza con el gong y el mazo que traía consigo. Luego, él comenzó a buscar frenéticamente los regalos que Dios le había dado y todavía estaban ahí intactos a la entrada de su casa. Se arrodilló, agradeció a Dios, a su ángel guardián y a Ogún por despertarlo de un sueño largo. Las personas pronto se dieron cuenta que lo que el había predicho y proclamado no sólo era inteligible sino muy revelador. Las personas cantaron y bailaron con él casi toda la noche. Él, sin embargo permaneció poseído y antes de que amaneciera, sus cabellos se enrolló como rizos como si nunca se hubiera bañado o peinado desde que había nacido (Dada en Yoruba y Agbihiagba en Bini). Él pronto comenzó a realizar maravillas y fue luego que la gente se dio cuenta de que él era sun sacerdote de Ogún.
Los otros sacerdotes adivinos se juntaron y lo ayudaron a levantar su trono de Ogún donde las personas comenzaron a consultarse con él por adivinación. Él operó simultáneamente como sacerdote Orişa y como sacerdote de Ogún y fue muy próspero, posteriormente se casó y tuvo muchos hijos.
Cuando este Odu aparece en Ugbodu, la persona debe ser informada de que él es un sacerdote de Ogún y debe preceder sin demora a llecar a cabo los requisitos de iniciación dentro del sacerdocio de Ogún. Se le debe decir que no descarte ningún regalo que reciba en misteriosa circunstancias.

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