Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Ose Meji Ese Ifa 2

CÓMO EL DINERO VINO DEL CIELO A LA TIERRA.
           
A Osegun Meji no se le conoce por haber realizado trabajo espectacular alguno en el cielo. Sólo era famoso por su belicosidad. Sin embargo, fue él quien reveló cómo fue que el dinero vino del cielo a la tierra.
Él expuso que un Awó llamado Orokun Aro Koose Munukun realizó adivinación para el dinero cuando éste estaba preparándose para ir del cielo hacia la tierra. Este mismo Awó hizo también adivinación para las divinidades sobre lo que había que hacer para poder disfrutar de los beneficios que el dinero pudiera conceder. El significado del nombre del Awo es: "la rodilla del inválido no se dobla".
A cada una de las divinidades se les dijo que hiciera sacrificio con 16 palomas, 16 gallinas, 16 ratas, 16 pescados, 16 panecillos de frijol (akara) y 16 eko. En lugar de hacer el sacrificio individualmente cómo se les dijo que hicieran, ellas decidieron unir fuerzas para realizar un solo sacrificio.
Después de esto, el dinero partió hacia el mundo bajo la forma de cawries, creciendo desde el cielo hasta tocar el suelo. Tan pronto como avistaron el impacto del dinero en el suelo, las divinidades se reunieron y deliberaron sobre cómo llevarlo a sus diversos hogares para gastarlo. Sin embargo Orunmila les aconsejó no extraer el dinero hasta que no hicieran nueva adivinación y sacrificio. Ogún retó a Orunmila a que se quedara en su casa e hiciera adivinación y sacrificio mientras el resto de ellos iba a excavar el dinero. Él se preguntaba qué necesidad había de realizar adivinación y sacrificio antes de ingerir los alimentos servidos en la mesa para ser comidos.
Orunmila aceptó el reto y les dijo que él no tenía la intención de sumarse a la excavación del dinero en ese momento ni la de imponer su deseo al resto y que ellos eran libres de marchar delante sin él. Ogún tomó las guatacas y cosas que había confeccionado. Con este fin y partió hacia el círculo de dinero. Tan pronto llegó allí, cavó profundo en la loma de dinero, poniendo a un lado lo que se podía sacar. Al cavar con mayor profundidad, la capa superior cedió y la avalancha cayó sobre Ogún y lo sepultó vivo bajo los escombros, dejando cuatro pedazos de cawries sobre su pecho.
Sakpana fue el próximo en dirigirse al cúmulo y terminó del mismo modo con 16 cawries sobre su pecho. Todas las otras Divinidades tuvieron experiencias similares incluidos Şangó y Olokun. Como no regresaron a casa, Orunmila comenzó a reflexionar sobre qué les había sucedido. Entonces decidió ir a averiguar por sí mismo qué los estaban reteniendo. Al llegar allí encontró que todos estaban muertos y reunió y ató por separado  el número de cawries que encontró sobre el pecho de cada uno de ellos.
Es así que se dice que fue la  avaricia lo que envió de regreso al cielo a la primera generación de divinidades que habitaron la tierra. Por consiguiente Oşegun Meji advierte que si la búsqueda de dinero no está refrenada con discreción y paciencia, se convertirá en una avalancha para el que la realiza y provocará su destrucción. Es por eso que todos aquellos que buscan dinero con codicia y avaricia son enterrados prematuramente bajo la avalancha de dinero.
Mientras tanto, Orunmila decidió que no tenía sentido acercarse al dinero en la forma que los otros hicieron y regresó a casa sin tocar el montón. Decidió enfrentar la situación con su forma característica. Al llegar a la casa, llamó a Ifá quien le dijo que hiciera sacrificio con dos palomas, dos escaleras y cuatro pernos en forma de “U”. Ifá le dijo que clavara los pernos en forma de “U” en las cuatro esquinas del círculo y que sirviera el cúmulo con las dos palomas después de clavar los pernos en forma de “U”. Se le dijo que tirara ñame machacado (obobo en Bini y Ewo en yoruba) justo alrededor del cúmulo porque la paloma y el ñame machacado son la comida principal del dinero. Se le dijo que colocara las escaleras en el cúmulo y que comenzara a excavar la cúspide en lugar de la base.
Él hizo como le fue aconsejado por Ifá y mientras ofrecía el sacrificio al dinero, recitó un encantamiento diciéndole al dinero que nadie mata al que le ofrece comida y le rogó al dinero que no lo matara como había hecho con otros habiéndole ofrecido su comida. Después de esto, se subió en el cúmulo con la escalera y excavó en él, en pocas cantidades hasta que lo llevó todo para su casa. Fue a partir de ese día que Orunmila comenzó a sentarse encima del dinero que es por lo que su santuario frecuentemente se adorna con un trono de cawries. Para consultar a Orunmila para adivinación seria, el sacerdote de Ifá lo tiene que sentar a él primero en un trono de cawries.
Después de llevar el cúmulo de dinero para su casa, invitó a los hijos mayores de las divinidades muertas y les dio a cada uno el número de cawries que halló en los pechos de sus padres, respectivamente. Es el número de cawries que Orunmila dio a los hijos de las divinidades muertas lo que ellos usan para la adivinación hasta nuestros días.
Los hijos de Ogún usan cuatro cawries para la adivinación, mientras que los hijos de Sakpana y Şangó utilizan 16 cawries para la adivinación. Es por esto que siempre que Osegún Meji le sale en la adivinación a alguien, a esta persona se le aconseja que busque el dinero con precaución y discreción de manera que el dinero no pueda destruirlo.

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