ARIKU EL ESCLAVO DE OBATALÁ.
Ariku era esclavo de Obatalá y su cocinero y Orunmila le mandó a hacerse ebo porque Obatalá preparaba un convite de santo y él era el responsable de preparar todas las comidas, por lo que tenía que hacer ebo para que todo quedara bien y así no se buscara problemas con Obatalá. Pero Ariku no regresó a casa de Orunmila a hacerse el ebo, porque pensó que Obatalá confiaba en él y era capaz de preparar todas esas comidas sin necesidad de hacer ebo. Elegba que esperaba a que Ariku hiciera ebo para comer akuko, se puso bravo y el día de la fiesta con su virtud trastornó la mente de Ariku, que éste se despreocupó y todas las comidas le quedaron mal preparadas, unas picantes, otras desabridas, otras muy dulces y otras muy saladas; por lo que todo fue un desastre pues los santos no comieron. Obatalá se incomodó y mandó a aprehender a Ariku para que lo mataran.
Enterado Ariku de la decisión de Obatalá, fue corriendo para la casa de Orunmila, para que éste le hiciera ebo para salvarse y le contó lo sucedido con las comidas que preparó, que no se explicaba la causa de esos errores suyos, Orunmila le contestó: si antes el ebo te costaba $16.00 ahora costaba más, para que Obatalá lo perdonara y no lo matara.
Después que Orunmila le hizo ebo, le entregó un agogo, para que saliera a la calle y cantara en la plaza:
Ayere Yomile Omo Nile Agogo Aiku Omo Niye Agogo
La gente al verlo le dijeron: te vamos a matar, él siguió cantando y tocando el agogo. En eso llegó Orunmila y le echó una moneda entre las piernas y la gente al ver eso, comenzó a tirarle monedas y así le regalaron mucho dinero. Cuando Obatalá llegó, le rogaron que lo perdonara. Obatalá lo perdonó y le dio la libertad. To Iban Eşu.
En este Odu la persona no hace las obras por falta de fe y por lo tacaño, y después le sale caro cuando regresa apurado. Aquí se le debe una promesa a Obatalá, que la pague para que se recupere de sus dolencias.
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