Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Ofun Wonrin Ese Ifa 2


LA MUÑECA DE ACEITE.

Cerca de un caudaloso río vivía un hombre el cual vivía muy triste, pues nunca había podido tener hijos. Una vez, sin saber cómo encontrar remedio a su desgracia, acudió a un abeshu mulei (hechicero) que gozaba de mucha fama y le dijo: quiero que con tu sabiduría me aconsejes el medio para que yo pueda tener una hija, que me saque de esta soledad en la cual yo me encuentro. Vete a tu casa le respondió el hechicero y tráeme todo el aceite de palma que tengas; durante muchos días aquel hombre estuvo echando aceite en una vasija, hasta que la llenó, llevó su aceite al brujo, el cual con este aceite fue moldeando una niña, y cuando la tuvo terminada se la entregó a aquel hombre, terminada aquella labor el brujo le dijo al hombre: ésta que a partir de ahora será tu hija no podrá nunca bañarse en el río, ni estar mucho tiempo expuesta en el sol.
Aquel hombre se llevó a su hija para su casa. Aquel hombre guardaba su niña todos los días en su choza, para ocultarla de la mirada de todas las demás personas y ciertamente el hombre fue muy feliz. Cada vez que él necesitaba salir de la casa siempre le aconsejaba a la niña no salir de la choza y mucho menos ir al río, la niña fue creciendo en medio de la alegría del que creía ser su padre, mas en una ocasión en que el tuvo necesidad de ir a su finca, la niña desobedeciendo los consejos de éste se acercó hasta el río, donde encontró a una mujer quien al verla sola se la llevó a su poblado, sin que pudiera servirle de nada las lágrimas de la niña ni sus quejidos.
Al regresar aquel hombre a la choza y no encontrar a su hija, emprendió desesperado su búsqueda por los ríos y bosques sin que sus esfuerzos se vieran coronados por el éxito. Poco a poco aquel hombre moría de tristeza, entre tanto aquella niña se había casado con el hijo de aquella mujer. Mucho tiempo después permaneció ella encerrada en su nuevo hogar, donde la tenía secuestrada su suegra, por temor a que se le escapara. En una ocasión su suegra la llevó a la finca donde ella trabajaba para vigilarla mejor y del calor irresistible que hacía la muchacha veía como sus pies se le desvanecían lentamente hasta deformárseles y sus manos y cuerpo iban perdiendo la forma, mientras en el suelo se iba formando un charco de aceite de palma.
Al no poder gritar se derritió por completo, cuando su suegra volvió al lugar donde la había dejado, sólo encontró una gran mancha de aceite en el suelo, al regresar al pueblo la madre no pudo explicar la acontecido al hijo y el hijo enfurecido le dio muerte a su madre en castigo a la negligencia que lo privó del amor de aquella mujer a quien adoraba.

3 comentarios:

  1. Cual es la enseñanza e esta historia. La desobediencia de la niña?, el descuido de la madre, o qué será?

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