Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Irete Eguntan Ese Ifa 2


LOS HIJOS DE LA TIERRA.

Los hijos de la tierra eran tres muchachos que iban cazar, pero había un viejecito que oyó la conversación y los llamó diciéndole: muchachos Uds. van a cazar, pero después de pasar mucho trabajo, lo que cazarán será una ewure, si Uds. quieren triunfar, cuando cojan la ewure mátenla y regalen la carne a un viejo y llévense el mondongo y las entrañas. Los muchachos se fueron al bosque, después de pasar mucho trabajo lograron cobrar una ewure, la mataron, la abrieron, pero uno de ellos, vio al viejo que le había hablado momentos antes, se lo dice a sus hermanos, entonces acordaron que cómo después de pasar tanto trabajo iban a regalar la carne y quedarse solamente con el mondongo y las entrañas, pensaron que echándole tierra en los ojos del anciano, podrían llevarse la ewure sin ser visto por éste, Así mismo lo hicieron llevándose la ewure. Aquel anciano era Olofin, este se limpió los ojos, apareciendo en ese momento Eşu que le dijo: papá esos muchachos a los que usted les dio el consejo, fueron los que le tiraron la tierra en sus ojos y se llevaron la ewure. Olofin le respondió: déjalos, los pobres yo les di suerte y ellos en cambio se llevaron la muerte, la enfermedad, la pérdida y la tragedia. Entonces Eşu dijo: sí, pero Ud. debe darles un ejemplo. Y Olofin le contestó: ellos morirán. Efectivamente, dos de ellos murieron, la madre viendo esto se consultó con Orunmila y éste le vió este Ifá y le dijo: para salvar al hijo que te queda, tiene que buscar a uno que cante antes de nacer y a una obinrin que tenga siete sayas para hacer ebo. La madre, desesperada, salió a ver si encontraba estas cosas, pero en vano buscó, hasta que ya cansada fue a casa de Yemonjá, ésta le dijo: El que canta antes de nacer es el akuko, la obinrin de siete sayas era la adie, que se buscara un huevo y una adie, y se lo llevara a Orunmila para hacer ebo. La mujer buscó las cosas, se las llevó a Orunmila. Este le hizo el ebo y el muchacho se salvó. Cuando Olofin se enteró, fue a ver a Orunmila y le preguntó: ¿cómo Ud. se ha atrevido a salvarle la vida a aquel que yo he condenado? Entonces Orunmila le dijo: cuando Ud. me dio el poder, me dijo que era para salvar, entonces Olofin dijo: bueno, el muchacho se salvó, pero la tierra no hablará más.
Nota: Por esta letra, es que se les ponen los iñales a los Oşas y muchas personas no pueden comer nada de adentro de los animales, porque en los iñales está la muerte

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