Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Ogbe Oturupon Ese Ifa 3

OTRAS OBRAS CELESTIALES DE OGBE TOMOKPON

 

Ogbe Onle Ahun Teregun Maja fue el nombre del Awó que adivinó para la tortuga en el cielo, donde él iba a empezar su labranza. La tradición existente en aquellos tiempos era que los habitantes del cielo iban a Dios para reunir y recoger las semillas que ellos deseaban plantar en sus fincas durante la temporada de siembra.
Después de limpiar su finca, para lo cual demoró bastante, la tortuga fue a Dios a pedirle semillas para sembrar. Dios le dijo que él ya llegaba atrasado porque los demás habían recogido las semillas disponibles para el año. Como Dios no niega a nadie ningún pedido, le dijo a la tortuga que las únicas semillas que quedaban eran las de calabaza o melón (ugba en Yoruba y Okpan en Beni).
Lo único que debía hacer para sembrar las semillas de calabaza era evitar hablar con ella y Dios le advirtió a la tortuga que tendría problemas con la calabaza, a menos que pudiera controlar su locuaz disposición. Debe recordarse que el Awó que adivinó para él le había advertido que si no hacía sacrificio, recogería las simientes que constituirían un albatroz sobre su cuello.
A pesar de aquella advertencia, la tortuga no hizo sacrificio antes de ir a Dios. Sin embargo, Dios le dio las semillas y la tortuga le prometió mantener su boca cerrada. Posteriormente fue a la finca a sembrar las semillas de calabaza. Cuando regresó a la finca al día siguiente, descubrió que las semillas habían germinado. Llenó de emoción gritó: mi calabaza ha germinado. Luego quedó asombrado al oír la respuesta de la calabaza: mi tortuga ha germinado.
Supuestamente aquello era indicio suficiente del inevitable resultado de su tendencia conversadora. No obstante, la tortuga no comprendió el presagio. Tres días después regresó a la finca y descubrió que la calabaza había dado frutos. Se alegró mucho y exclamó: mi calabaza ha dado frutos. A lo cual replicó la calabaza: mi tortuga está embarazada. Cuando la tortuga tocó los frutos de la calabaza replicó golpeando a la tortuga. Hasta ese momento la tortuga no había entendido el mensaje de lo que estaba guardado para él. Se fue a casa contento de que pronto su calabaza estaría madura y lista para la cosecha.
Dos días después regresó para ver que los frutos ya estaban lo suficientemente secos para ser recogidos. Entonces sacó su machete y cortó el primer fruto, al instante la calabaza se apoderó de su alfanje. Cuando la calabaza intentó cortarle el cuello, la tortuga salió huyendo y la calabaza le persiguió.
Mientras la calabaza corría de prisa en persecución enérgica, la tortuga empezó a cantar:
Ugba Onle Ahun – Tere Gungun Maja – Gun Maja Tere – Ugba Koni Owo – Tere Gungun Maja – Gun Maja Tere – Ugba Koni Ese – Tere Gungun Maja – Gun Maja Tere – Da Mi Low Ugba – Tere Gungun Maja – Gun Maja Tere
Este fue el llanto de angustia de la tortuga llamando a la gente para que vinieran a salvarla de la desmembrada calabaza que no tenía ni manos ni pies. Cada vez que alguien intentaba venir a rescatarla, se asustaba y se alejaba al ver a la misteriosa calabaza. La tortuga estaba agotada cuando se encontró con el carnero padre que le dijo que se escondiera en una esquina de su casa a la vez que le tomaba posición para atacar a la calabaza, la detuvo y la golpeó con sus cuernos. En el siguiente combate la calabaza se rompió en pedazos, librándose la tortuga de la ira de la calabaza.
Cuando este Odu se manifiesta en la adivinación debe decírsele a la persona que es muy conversador pero que debe refrenar su lengua para que las palabras de su boca no lo pongan en términos de un dilema. Debe tratar de hacer sacrificio para evitar catástrofe inminente.

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