Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Ose Konran Ese Ifa 2


LA CRIA DEL LORO.

Obatalá estaba emprendiendo un gran negocio y pasaba muchísimo trabajo y no podía dar cumplimiento porque su segundo no podía ayudarlo y ya cansado fue a ver a Orunmila y éste le dijo que hiciera ebo y que después comprase un criado para que lo ayudara. Obatalá hizo el ebo y cuando llegó el criado advirtió que el mismo era tullido.
Donde dijo santo Dios Orunmila me ha engañado y Obatalá contemplando su estado decidió continuar su comercio. Fue para el campo y dejó a su criado para que le  cuidara la casa, cuando se quedó solo el criado, se le ocurrió sembrar el maíz con que Obatalá había hecho ebo y a los 7 días de haberlo sembrado llegaron los loros a comerse la tabla de maíz y el tullido los espantó, enseguida cogió una canasta e hizo una trampa y al día siguiente llegaron una bandada de loros y cuando fueron a la tabla de maíz cayeron  en la trampa y el tullido, como Dios lo mandó al mundo (desnudo) llegó arrastrándose hasta la canasta los capturo y los llevó para cuarto de Obatalá.
Al siguiente día llegó Obatalá a su casa bastante cansado y el tullido le dijo: cuando vaya a entrar al cuarto abra la puerta con cuidado para que no se vaya a ir lo que  hay ahí dentro, donde Obatalá lo miró de forma desconfiada, no creyendo lo que decía pero obedeciendo y con mucha cautela abrió la puerta y de repente penetró dentro y enseguida observó que habían muchos loros y se quedó admirado diciendo: como es que pudiste capturarlos.
Obatalá empezó a arrancarles las plumas y después hizo un gallinero y metió a los loros, le dio de comer a su cabeza y se puso una corona de ikode y al criado le dio dinero, mujeres y lo liberó. Desde entonces todo el que necesitaba plumas de loro tuvo que ir a donde estaba Obatalá y comprárselas.

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