LA INTELIGENCIA VENCE.
Había una vez, una mujer que era demasiada pobre y ella tenía un hijo pequeño, ella no podía cuidarlo y como el niño lo merecía y temiendo que se le fuera a morir decidió dárselo a Orunmila para que éste lo cuidara. Orunmila recibió al niño y a partir de ese instante lo cuidó como si fuera su propio hijo. Aquel muchacho creció al pie de Orunmila y llegó a hacer Ifá aprendiendo lo que Orunmila le enseñaba, pero aquel muchacho en su mente vibraba siempre la idea de llegar a ser igual que Orunmila, pues él envidiaba a Orunmila, por el hecho de que aquel siempre tenía la casa llena de aleyos, que iban a consultarse, pero que al mismo tiempo aquellos aleyos le rendían moforibale a Orunmila. Aquel muchacho que a partir del día en que su madre lo dejó al cuidado de Orunmila, nunca careció de nada, pues tenía todo lo que otro muchacho de su edad pudiera desear. Pero aquel muchacho no estaba conforme con lo que tenía, un día le dijo a Orunmila que él ya sabía lo suficiente como para independizarse, pues él quería que al igual que los aleyos congratulaban a Orunmila que así mismo lo congratularan. Orunmila le dijo: que si él había pensado bien el paso que quería dar. Pues él creía que todavía el no estaba en condiciones de valerse por si solo. Pero el muchacho le contestó, que él sabia ya lo suficiente como para poderse independizar, Orunmila entonces le dijo: está bien establécete, que yo te voy a mandar aleyos, para tu ile. El muchacho se estableció y empezó a consultar a los aleyos que iban a su ile, pero resulta que los que iban por primera vez no volvían más, pero este muchacho en su fatuidad no se ponía a pensar las causas de que aquel que iba una vez no volvía más. Pero un día que hizo osode le salió este Ifá y fue a ver a Orunmila, contándole lo que pasaba, entonces Orunmila le dijo: lo que pasa es, que lo aleyos que van a tu casa a mirarse, después que tú los miras, ellos vienen después a mirarse conmigo y al mirarlos les digo lo mismo que tú le dijiste, pero al mismo tiempo les digo lo que tú no supiste decir, debido a tu poco conocimiento que tienes, ya que creíste que te podías independizar por tener un poco de conocimiento, siendo esa la causa del que va por primera vez a tu ile, no vuelve más. Así Orunmila venció a su discípulo con su inteligencia.
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