EL VENDEDOR DE CARTUCHOS.
En un pueblo había un vendedor de cartuchos que no podía vender y su situación económica era muy mala, en su rodar de pueblo en pueblo se encontró con Elegba con el cual hizo un pacto que consistía en que según su negocio fuera prosperando él iba dándole de comer. Elegba lo guió a un pueblo donde no conocían los cartuchos y lo llevó a venderlos a la plaza donde obtuvo gran aceptación. Su negocio fue en aumento que llegó a olvidarse de Elegba a tal punto de pasar mucho tiempo sin cumplir con Elegba al ver que se rompió el pacto comenzó a disminuir su entrada y su salud de forma tal que se vio casi inválido y en la miseria, donde tuvo que verse con Orunmila y éste le mandó a que se pusiera algo que le iban a llevar a su perro y que si era dentro de un cartucho cerrado no lo cogiera. Y así sucedió, cuando le trajeron el cartucho cerrado mandó a la persona que pusiera lo que traía dentro de Elegba y que se llevara el cartucho y llenara de agua y lo rompiera delante de la puerta de su casa. Desde entonces prosperó su salud, su negocio y cumplió con Elegba porque lo que traía el cartucho le sirvió a Elegba como adimu.
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