EL SUEÑO DEL LABRADOR.

Al poco tiempo de haber hecho el labrador el ebo, se encontró un difunto dentro del bosque que tenía una faja llena de joyas. Cuando las cogía, dos policías le quitaron la mitad de aquel botín a cambio de no llevarlo preso.
El labrador entonces le hizo un ofrecimiento a San Lázaro y lo cumplió. Tiempo después botaron a aquellos policías de sus funciones y como el labrador ya era rico, porque con sus negocios había multiplicado su fortuna, los ex policías poco a poco le fueron vendiendo muy baratas las joyas que le habían quitado, pues no podían vendérselas a más nadie sin justificar su procedencia y al final le vendieron hasta sus tierras.
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