Quienes vencen al enemigo de adentro no tienen nada que temer del enemigo de afuera

Idi Ogunda Ese Ifa 2


NACE EL DESPISTE DE LA VISTA Y LAS NUBES.

Cuando Olofin era rey de Ife, tenía un chivo sagrado, éste tenía cuatro ojos, dos ojos delante y dos detrás, los primero se llamaban akole (guarda de las cosas), los dos de atrás akode (guarda afuera). Este chivo simbólicamente no es otro que el sol, que guarda al mundo por Olofin, él se llama Baba un Kusi (chivo celeste).
Un día Olofin, convoca a todos sus súbditos y les dice: ustedes ven ese chivo, él es mío, él será el que los mande a ustedes. Ustedes no podrán nada contra él, cualquier cosa que vosotros hagáis, él me lo dirá, para eso tiene dos ojos delante y dos detrás, que le permiten ver todas las cosas a la vez. Elegba, entendiendo las palabras dijo: que él sabía bien lo que tenía que hacer para que el chivo no lo supiera. Al momento se formó una sería discusión con Olofin y su interceptor, todos le daban él la razón, al final Elegba, antes de partir pronunció estas palabras: yo soy Elegba, al que le place hacer cualquier cosa delante o detrás de tu chivo sin que él lo sepa, él no lo sabrá bien aunque posea cuatro ojos y Olofin pretenda que pueda verlo todo.
Elegba fue a mirarse con Ifá y le salió Idi Ogunda y éste le marcó ebo con tela de cuatro colores, blanca, negra, roja y azul, hacerse un sombrero con ella, cuatro pequeñas cabezas de tierra, cuatro gallinas, cuatro chivos (los animales se sacrifican a los cuatro vientos y con la tela se confecciona un gorro de cuatro colores). Él se hizo todo, le colgó un Osanyin de Idi Ogunda y las cuatro cabezas de barro atadas con las piezas de tela, el color de la tela era blanco al este, negro al oeste, azul al sur y rojo al norte.
Entonces Elegba le dijo a Ifá: qué cosa eres para saber si esto sirve y Olofin no se entere de nada. Tú vas a matar a la primera mujer de Olofin, ponte el sombrero y te será cumplido. Elegba se lo pone y ya en el camino se encuentra con el chivo sagrado, éste ve delante de él una  gorra  blanca, detrás una negra, a la izquierda una roja y a la derecha una azul y se cree que son cuatro personas distintas. Elegba descubre a la primera mujer de Olofin en el monte cortando ewe para envolver el eko, él corta la cabeza, el chivo ve el crimen y corre a contárselo a Olofin, que un hombre colorado con un sombrero ha matado a su mujer. Olofin confía la búsqueda a sus súbditos que estaban por los lados y detrás vieron el sombrero de otro color e insisten para que se libere a Elegba.
El chivo mismo reconoce su error, mas aquellos que vieron el blanco, mantenían con fuerza su acusación, una discusión que degenera en guerra de acusadores y defensores, como la batalla era grande, Elegba de un fuerte golpe mata al primer ministro del rey y los que estaban a su  derecha lo vieron, mas los otros no pudieron ver la escena desde el mismo ángulo. La discusión deviene sobre el color de la gorra y sobre quien había matado a la primera mujer de Olofin y a su primer ministro.
Elegba se aleja, y va donde el rey y le dice: convoca a todo el mundo para mañana por la mañana. El rey convocó para esa hora a todo el pueblo, Elegba tomó la palabra y dijo: el otro día yo hablé sobre la ignorancia del chivo de dos pares de ojos, de suerte que él no dijo que fue Elegba el que hizo esto. Ahora bien, yo maté a tu mujer principal y a tu primer ministro y nadie se puso de acuerdo sobre el sombrero que yo portaba y si había sido yo o no, tus súbditos pueden asegurarte de lo que yo te digo, este chivo sagrado puede darte grandes enseñanzas y consejos, mas en esta aventura le fue inútil. El rey aprendió la lección en buena parte y le dijo a Elegba: tú has dicho la verdad, tienes derecho a comerte el chivo de cuatro ojos que todo lo ve.
Dicho esto las nubes cubrieron el sol, desde entonces se le da chivo a Elegba. Es por eso que gracias a los cuatro puntos cardinales Elegba pudo obtener la victoria.

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