ADIVINÓ PARA LA CALABAZA ANTES DE QUE FUERA A LA GRANJA
Owanrin Woka Woka, fue el sacerdote de Ifá quien adivinó para la calabaza cuando ella a la granja al comienzo de la temporada de cultivo. Se le aconsejó que hiciera sacrificio para prevenir hostilidad de parte de los seres humanos y los animales en contra suya y de sus hijos. Se le dijo que hiciera sacrificio con un cuchillo, un chivo, manteca de cacao (ori-oyo) algodón en rama y hojas amargas. Ella hizo el sacrificio y posteriormente fue a la granja.
Cuando germinó, Eşu sacó fuera la rama de algodón con la cual ella había hecho sacrificio para encubrir su identidad y para prevenir que personas y animales comieran de sus follajes. El sacerdote de Ifá había preparado un suero nocivo para ella para que lo frotara en los cuerpos de sus hijos antes de exponerlos al mundo. Cuando los hombres y los animales probaron los frutos de la calabaza, a diferencia de aquellas de su hermana, el melón, ellos eran muy tóxicos y amargos. Las personas dejaron a sus hijos tranquilos hasta madurar. Cuando sus hijos maduraban para ser cosechados, el cuchillo con el cual ella hizo sacrificio fue usado para cortarlos agradablemente en función de almacenar y recoger agua, aceite de palma y vino de palma. Sus hijos más pequeños fueron cortados para ser instrumentos decorativos o como platos para comer. Después de darse cuenta que el sacrificio le había traído la salvación, ella cantó una alabanza para el Awó, Owanrin Woka Woka, quien adivinó e hizo el sacrificio para ella.
En adivinación, el sacerdote de Ifá puede decir que el adivinado o alguien cercano le están haciendo propuestas matrimoniales. Quien quiera tener éxito en el matrimonio debe hacer sacrificio para ello y para la sobrevivencia de sus hijos.
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