EN BOCA CERRADA NO ENTRAN MOSCAS.
En un pueblo había una vez un hombre el cual era un gran osainista y tenía los conocimientos necesarios de Osanyin para resolver los graves problemas que traían los aleyos. Un día llegó a su casa una mujer muy linda y hermosa procedente de otra tribu y el osainista quedó profundamente enamorado de ella y se la presentó a su Osanyin para ver si éste la quería como compañera de él; pero la prenda le dijo que no, debido a que aquella mujer no le iba a servir a su hijo como era debido. Todo esto lo había hecho el osainista sin saber que aquella mujer se iba a fijar en él y a pesar de la negativa de Osanyin, éste la enamoró; pero dicha mujer no lo aceptó. Este osainista que estaba perdidamente enamorado y no sabiendo cómo buscar la forma de que la mujer lo aceptara decidió enseñarle los secretos de su Osanyin y así lo hizo diciéndole que esto lo estaba haciendo a cambio de su amor. Entonces la mujer picada por la curiosidad de conocer aquel secreto aceptó. En cumplimiento del pacto el osainista empezó a vivir con la mujer en su casa y le enseñó los secretos de su cazuela y cómo era que hacía los trabajos con Osanyin.
A partir de ese momento dicha mujer se empezó a sentir mal del vientre y el osainista estaba desesperado por hacer vida sexual pero la mujer no sentía ningún interés por él, solo por conocer los secretos y además dada las circunstancias Osanyin, desde el mismo día en que el osainista le había enseñado el primer secreto la había convertido de mujer a hombre retirándole la regla y a consecuencia de esto se comenzó a interesar por las demás mujeres. Osanyin además, castigó a su hijo dejándolo impotente y más tarde lo dejó sordo y ciego y desde ese momento la mujer asumió el mando y control de todo en la casa. Los secretos de Osanyin no se enseñan a las mujeres. La mujer sin menstruación puede tener una guía de Osanyin.
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