EL HOMBRE DEL AKUKO

Lo primero que se encontró fue un akuko, que le habían echado en su patio, lo agarró y se lo llevó a Orunmila, quien le hizo ebo después lo mandó a enterrar a un igui de moruro de su tamaño y que allí pusiera a vivir al akuko sobre el igui.
Después de hecho el ebo, la gente vino a buscar al vendedor de avenas y los placeros los mandaban donde estaba el hombre del akuko, tanta gente iba a comprarle, que próspero y dejó de comprar productos averiados, entonces todos los días el akuko que era de Şangó y Oduduwa lo despertaba a las 4 am, éste iba a comprar en la plaza los productos al por mayor y detallárselo al público, cosa que no hacía en la plaza. Tanto llegó a prosperar en sus negocios, que llegó a tener relaciones con los mejores comerciantes de aquel pueblo y ganó mucho dinero.
Un día fue a casa de Orunmila y le dijo que tenía que hacerse una ceremonia con el igui y el akuko, le mandó a traer desperdicios de la plaza y los puso junto a igui y le dio unyen el akuko y rezaba
Osun Duro Kola Otura Bairosun Dubule Ni
Timbeduro Ni Adeni Gagameta Balomi Ile Loya
Después le hizo Ifá y le salió Otura Rosun, donde Orunmila le dijo: esto que te hice, lo tienes que hacer con frecuencia, para que tu suerte en el mundo se mantenga y le das eyebale de akuko a todos los rincones de tu casa y así fue como Otura Rosun acabó de afirmar su suerte en la tierra.
Nota: cuando el gallo canta a las 4 de la mañana, es el guía de Oduduwa y el primer pregón de Şangó.
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